Este es un problema que provoca repercusiones a nivel mundial, y la industria pesquera no es la excepción. El mar ya está presentando cambios y las consecuencias se están manifestando.
Cómo afecta el cambio climático a la pesca:
Según un informe del 2018 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los océanos están absorbiendo aproximadamente el 93% de calor de la atmósfera desde el inicio de la revolución industrial, puesto que en esa época empezaron a funcionar fábricas sin el menor cuidado ambiental, causando que el dióxido de carbono incremente. Este almacenamiento extra de calor en las superficies oceánicas ha permitido limitar el calentamiento de la atmósfera, pero como consecuencia se podría modificar la circulación de las corrientes marinas y así crear una perturbación en el sistema climático.
Si bien es cierto que la absorción del calor es parte de las funciones de los mares, hacerlo en dichas proporciones ocasiona un aumento de la temperatura en el mar, generando que algunas especies no se adapten al nuevo hábitat y se muevan hacia zonas más profundas, lo que afecta significativamente a la pesca.
Por otro lado, el agua tiende a dilatarse por la subida de la temperatura, ocasionando que aumente el nivel medio del mar (+1,1mm anual por este motivo). Esto, sumado al acontecer de eventos meteorológicos extremos como la aparición de nuevos casos del fenómeno de El Niño, causan consecuencias negativas como el daño en las infraestructuras, cambios en las rutas de navegación, inundaciones, entre otros problemas que dificultan el desempeño de la actividad. Además, en muchos de los casos, las poblaciones costeras se ven afectadas con la destrucción de las zonas aledañas al mar.
Respuesta de las pesqueras ante este fenómeno
Sin duda, las medidas para aminorar este problema son necesarias, ya que definirán lo que ocurra dentro de unos años. Es relevante incentivar las buenas prácticas pesqueras y ambientales, así como capacitar a la tripulación y a todas las personas sobre la conservación del ecosistema marino.
Confiamos en que la implementación de nuevas tecnologías permitirán una anticipación más ágil en lo que respecta cualquier variación en el mar o el clima, con el fin de reducir el daño que puedan ocasionar los eventos meteorológicos imprevistos.
